En busca del Disco de Cristal, la investigación continúa…

Hace algunos meses una noticia llega a mis oídos de manera totalmente fortuita: un objeto de forma discoidal de 5 metros de diámetro se hallaba incrustado en un cerro de una zona remota de mi región. La persona que me cuenta esta “fantástica historia” no es testigo principal, ni tampoco siquiera conoce a alguno de los testigos, simplemente me dice: “sólo lo escuche de casualidad en una conversación que sostenía mi hermano con su amigo”. Acababa de conocer a esta persona, sin embargo su relato parecía sincero a pesar de lo inverosímil que podría sonar para cualquier mortal. Sé que un buen investigador no puede negar nada sin haberlo investigado antes, y eso fue una de las razones que me impulsó a querer investigarlo a pesar de ser conciente de las pocas probabilidades que habían de que sea una historia cierta.

Es así como luego de un tiempo de indagaciones donde se presentaron múltiples inconvenientes y condiciones adversas, logré ubicar al testigo principal de la “historia”, era una tercera persona que no conocía a quien inicialmente me había brindado la información. Era él una de las personas que había estado “cara a cara” con este objeto, al cual siempre lo describió como un “disco de cristal” similar a dos platos soperos unidos, un disco al que había encontrado hacia algunos años incrustado casi en la cima de un cerro y que nunca pudo identificar cual era su origen ni como llegó hasta allí.

Como ya es sabido, y luego de sortear algunas otras dificultades, hacer una debida planificación y las coordinaciones respectivas, el pasado domingo 8 de febrero se llevó a cabo una primera expedición al lugar donde supuestamente se encuentra el enigmático disco. En aquella ocasión emprendimos la aventura Marco Barraza, Carlos Díaz, el testigo principal y un servidor, con quienes en medio del calor abrasador del desierto y lo agreste de la geografía en la zona de los cerros que “protegen” la ubicación del disco, emprendimos la búsqueda durante varias horas bajo la guía del testigo, hasta que finalmente tuvimos que cancelarla debido a lo inaccesible que resultó el lugar y los peligros a los que nos exponíamos al intentar superar los obstáculos que nos ponían enfrente los imponentes e inexpugnables cerros.

Lógicamente, hubo un sentimiento de frustración ante la impotencia de “no haber podido hacer más” luego de tantas semanas de preparativos y deseos de investigación que teníamos tanto Marco, Carlos así como un servidor. Aun así sabíamos que no era un fracaso total ya que el hecho de haber estado cerca del objetivo y haber recogido mayor información de primera fuente nos incentivó a pensar en realizar una siguiente expedición, esta vez mucho mas preparados e invitando además a otros investigadores que quisieran unirse al equipo, lo que propició se hiciera público el caso unos días después a través del blog: http://entrevistaexpedicion extraterrestre.blogspot.com

Fotografia de la entrevista en video a Carlos Díaz y un servidor, a cargo de Marco Barraza

Pasaron las semanas y estando próximos al mes de mayo del presente año, los ánimos e interés tanto de Carlos como de Marco decayeron, por lo que era evidente que el equipo que habíamos conformado para investigar el disco de cristal ya no iba más. Por eso, vi necesario hacer una nueva planificación y coordinar con otras personas que deseen participar de una investigación de este tipo, anticipándoles que se necesitaban de recursos propios así como los riesgos a los cuales se exponían.

Luego de algunos días de planificación que involucraban también al testigo principal, el pasado martes 26 de mayo, emprendí nuevamente la aventura en busca del disco de cristal, esta vez junto al investigador Dr. Anthony Choy (http://blogs.capital.com.pe/viajeaotradimension/), quien llegó una noche antes a la ciudad, teniendo como recibimiento uno mas de los tantos temblores que siguen sacudiendo continuamente a la región, esto lo cuento como anécdota estando ya a pocas horas de realizar la expedición.

También irían con nosotros José y Leyla, una pareja de amigos iqueños a quienes conozco desde hace varios meses, ambos son personas muy entusiastas por el tema OVNI y con quienes ya he compartido largos momentos de conversación así como otras investigaciones de campo.

Apenas amanecía esa nublada mañana de mayo, cuando los 5 ya estábamos reunidos para partir, esta vez iríamos por un camino totalmente diferente al que habíamos ido con Marco y Carlos 3 meses antes. Había que trasladarse varios kilómetros en vehiculo lejos de la ciudad para que llegado cierto punto tengamos que emprender la larga caminata a pie. Curiosamente justo cuando descendíamos del vehiculo, el imponente sol iqueño empezó a asomarse y sabíamos que nos iba a acompañar todo el camino, haciéndolo mucho mas agotador de lo que ya se vislumbraba.

El señor testigo como buen hombre de campo y experimentado en este tipo de “travesías” solía adelantarse de cuando en cuando, subiendo pequeñas colinas para así tener una mejor perspectiva e indicarnos el camino que debíamos seguir.

Luego de mas de 3 horas de caminata se llega a la zona donde se encuentran los cerros, definitivamente las cosas se complican pues se trata de pendientes abruptas que resultan muy peligrosas para personas que no tengan la suficiente “audacia” y experiencia en escalar este tipo de cerros, los cuales además están cubiertos de una delgada capa de tierra con piedras filudas (producto de huaicos de años anteriores), que se desmorona fácilmente produciendo deslizamientos que serian mortales para cualquiera de los presentes. Afortunadamente nuestro guía y testigo trepa cual “hombre araña” cuanto cerro se ponga en su camino, para luego poder indicarnos por donde nosotros podemos seguir avanzando para llegar hacia el objetivo.

Pasaban las horas y ya habíamos logrado subir una altura considerable a través de las ranuras que hay entre los cerros, lugar donde habitan tarántulas, escorpiones y serpientes pero que ofrecía la ventaja de poder subir más fácilmente. De esta forma luego de mas de 3 horas llegamos a cierto punto donde nuestro guía y testigo nos dijo: “esta es la zona donde esta el disco”. En efecto, ya estábamos a escasos metros para ubicar el misterioso disco o al menos obtener una evidencia de él, pero había un pequeño problema: habíamos llegado a una zona donde ya no había ranura por donde subir, si queríamos avanzar tendríamos que hacerlo por alguna de las pendientes abruptas que nos ofrecían los picos de cerros que teníamos alrededor.

Las ranuras entre los cerros eran aprovechadas para poder subir

Junto con el Dr. Choy vimos por conveniente pedirle a nuestro guía que suba él sólo el trecho que faltaba y que trate de ubicar visualmente al objeto, para luego ingeniarnos alguna otra ruta por donde subir, ya que lastimosamente la ruta que hasta ese momento habíamos seguido se hallaba “trancada” por una pared de roca sólida de unos 3 metros de altura, y no solo eso, sino que aún superando ese obstáculo veíamos poco metros mas al fondo otra pared de roca que superaba los 7 metros, algo imposible para alguien sin experiencia y mucho menos sin los equipos necesarios para hacerlo.

Servidor mostrando la primera pared de roca sólida de 3 metros de altura,
arriba y mas al fondo se puede notar otra pared de roca de mas de 7 metros de altura

Al cabo de varios minutos nuestro guía regresa sin buenas noticias y algo desorientado pues no había podido ubicar el objeto, pero decide subir otro pico de cerro ubicado en otra dirección pues quizás de allí si pueda dar con la ubicación del disco. Es así como nuestro buen “hombre araña” desaparece nuevamente por poco mas de media hora, al regresar nos dice que anduvo explorando un par de picos de cerros esforzando a la vez su visión para localizar el punto exacto al que queríamos llegar, pero lastimosamente no podía dar con el lugar argumentando haber visto cambios en la geografía, cosa que delataba su expresión al decirlo ya que era evidente que estaba algo confundido.

La noticia no fue nada alentadora, al menos en mi caso tuve la frustración de una nueva expedición que no lograba el objetivo que era el de llegar hasta el disco, pues ya era hora de emprender el camino de retorno antes que nos agarre la noche en medio de la nada. Durante el regreso estuve conversando todo el tiempo con el testigo, pues mis buenos amigos José, Leyla y Anthony Choy quedaron retrasados varios metros, seguramente agotados por el trajín, horas sin comer y con la escasa agua que habíamos llevado para evitar el peso en las mochilas. Noté que nuestro guía también estaba algo decepcionado por no haber podido ubicar el tan ansiado disco de cristal, “es posible que el cerro lo haya tapado mas de lo que estaba, por eso no he podido ubicarlo” me decia, recalcando nuevamente que además había notado cambios en la geografía del lugar producto del paso del tiempo, especialmente por los periodos de lluvias que suelen traer pequeños huaicos a la zona. Pensé, que aun esa no haya sido la razón, era evidente que ese lugar con tantos cerros ¡podía confundir hasta al mas experimentado explorador!

Ya cayendo la noche llegamos al primer centro poblado que nos daba la bienvenida a la civilización luego de haber recorrido mas de 33 kilómetros caminando, el cansancio era evidente en todo el grupo y el objetivo no se había alcanzado, pero a pesar de eso había buen ambiente, al menos valía el intento que habíamos hecho y sabíamos que eso era parte de la investigación. Era importante haber estado en la zona del incidente y haber recogido de cerca nuevamente la versión del testigo, lo que para cualquiera que no lo conoce ni que haya investigado el caso podría sonar a pura “fantasía”, pero diferente es cuando se interactúa directamente con un testigo y se está en el lugar de los hechos, es allí cuando vives de cerca el tema OVNI, cuando te das cuenta que la “fantasía” puede estar no muy lejos de ser realidad y es allí cuando realmente sientes que estas investigando y que estas viviendo de cerca el mal llamado “fenómeno OVNI”.

Al estar al frente de este caso y solicitar la participación de otras personas supuestamente interesadas y comprometidas con el tema OVNI, me he topado con mucha indiferencia y escepticismo incluso de personas que son “figuras” del mundillo ufológico, quienes sin investigar y sin ni siquiera conocer de cerca los testimonios, consideran al caso como falso y no están dispuestos a hacer el mas mínimo esfuerzo para investigarlo pensando que todo será inútil, e incluso, otra “personalidad” ufológica de mi país ha emitido comentarios negativos sobre el caso argumentando que es algo que “no debería investigarse”. Resulta decepcionante saber que hay personas metidas por otros intereses dentro de la ufología y no por el interés investigativo y de búsqueda de la verdad, quienes prefieren negar a priori un hecho antes de investigarlo, no estando dispuestos a invertir su tiempo, esfuerzo, energía y mucho menos recursos económicos. En fin…

A pesar de todo, la investigación en busca del disco de cristal sigue su curso, si bien hasta ahora no se le ha localizado, el disco sigue allí en algún lugar, seguramente esperando a ser encontrado y quizás servir como una sólida evidencia para que la verdad sobre el tema OVNI salga a la luz, que creo yo eso es justamente lo mas importante de todo. Cabe anotar que no están sólo los testimonios como avales del caso sino que hay otros hechos que parecen sustentar que todo es real y que seguramente en algún momento daré a conocer dependiendo como vaya el curso de la investigación.

En medio de estos cerros aun espera a ser encontrado el “Disco de Cristal”

Para terminar, sólo queda decir que la aventura continua y al menos servidor se compromete a continuar trabajando para hacer realidad este caso y seguir tras lo que hasta ahora es un “sueño ufológico”.

"No hay nada oculto que no llegue a descubrirse, y no hay nada secreto que no deba ser conocido" Palabras de Jesús de Nazareth (Mateo 10,26)

Alex Sender
Junio del 2009

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